Dicen que la personalidad se empieza a forjar a edad muy temprana, desde los 0 a los 4 años aproximadamente, y yo os digo que ese viaje a Ibiza a los 4 añitos me cambió la vida, y se me grabó en el corazón. De de alguna manera me influyó en que adore la música alternativa desde corta edad, así que mucho tengo que agradecer a mis padres de que me llevaran a la Isla Pitiusa. Supongo que buscando el encanto de las aguas cristalinas que nada tienen que envidiar a las playas Tropicales a miles de kilómetros de distancia de nuestra tierra.
Cala Comte.
De la isla en sí no recuerdo nada, pero si os diré que tengo grabados en la memoria dos recuerdos de aquel lejano viaje:
Un desfile que contemplé atónita por las calles de Ibiza lleno de color, y la hora de decir adiós a la isla.
Por aquel entonces nada entendía de lo que en ése desfile estaba aconteciendo, sólo recuerdo que me sorprendió muy gratamente, imagino porque llevo en la sangre la música y el jolgorio desde bien pequeña. Años más tarde entendí lo que ví, era un desfile inspirado en la Flower Power de la legendaria Pachá. Y os prometo que me encantó.
Otro momento que recuerdo perfectamente es el de la despedida. Aún puedo sentir la tristeza y la nostalgia que experimenté en aquel momento cuando me despedía de aquel lugar tan mágico, alegre, diferente y colorido, y así me lo han contado mis progenitores. Lloraba en el aeropuerto porque no me quería ir de la isla bonita.
Después de ésta pequeña introducción, entenderéis por qué le tengo un cariño especial a las Islas Pitiusas, incluyendo Formentera(Adoro el resto de Baleares pero con Ibiza tengo un flechazo desde los cuatros años, y ahora ya sabéis el por qué)
Me remonto a la actualidad. Desde hace unos años, tenemos la costumbre de pasar unos días en la isla, con el fin de recargar pilas y energía para el resto del año. Dicen que Es Vedrà por ejemplo es uno de los puntos del planeta dónde se concentra más energía. Además de eso, contemplarlo desde CalaD´Hort es un verdadero regalo, y es sencillamente espectacular por la belleza de su enclave. Es Vedrà te brinda unas vistas preciosas a cualquier hora del día. Y todas y cada una de ellas, tienen su encanto.
Es Vedrà.
Ibiza para mi tiene muchas caras, todas bonitas, pero diferentes entre sí. Está la que el mundo entero conoce, la de la fiesta , el desfase, el lujo y los excesos, y está la Ibiza espiritual, que de alguna manera aquellos verdaderos hippies de los años 70 nos dieron a conocer. Y ésa es la parte que más me enamora y me atrae de Ibiza. Esa magia de antaño se respira hoy en día por cada poro de la isla.
Siempre digo que si me dieran la oportunidad de viajar en el tiempo, hay dos momentos históricos a los que me gustaría remontarme. La transgresora e innovadora Londres de los años 60, con sus personajes emblemáticos del mundo de la música y la moda, comoMary Quant, responsable de que exista la mini falda, grupos como Los Beatleso The Whoponían la banda sonora a la década, los Mods, la modelo frágil y siempre dulce Twiggy, el peluquero y estilista Vidal Sassooncon sus cortes modernos para la época. Y otra década a la que me gustaría trasladarme es a la Ibiza de los años 70. La que me ha inspirado a redactar éste artículo. Ver por un agujerito aunque sólo fuera por unos instantes cómo una isla desconocida empezaba la revolución del amor tendría que ser fascinante. Desertores de la guerra de Vietnam, artistas, personas anónimas liberales y alternativos que huían de la España rígida de Franco, encontraron en la Isla un lugar apacible para vivir una vida fuera de convencionalismos. Fuera del stablishment. Una contracultura que abanderaba la libertad, el amor libre y la música siempre con tintes políticos. Por aquel entonces la mayoría de la música se presentaba como reivindicativa. Y muchos grupos nacionales como sobre todo Internacionales, como Los Beatles así lo hicieron.
“You say you want a revolution
Well, you know
We all want to change the world
You tell me that it’s evolution
Well, you know
We all want to change the world”
(THE BEATLES. REVOLUTION)
Los años 80 trajeron a la Isla la música de baile y proliferaron las discotecas ,hasta que en la actualidad Ibiza se ha convertido en el epicentro mundial de la música electrónica. Y ya nada queda de aquella Ibiza virgen de los años 70.
La emblemática discoteca Pachá se afaña en recordar toda aquella revolución que vivió la Isla con su fiesta Flower Power, una noche cargada de temazos remember de los años 60, 70 y 80, pero en éste caso, aplicaré el dicho popular cualquier tiempo pasado fue mejor.
Así que nos quedaremos con el recuerdo de los documentos de la época en la que emergió la auténtica Ibiza, y seguiremos en la actualidad disfrutando de una isla que emana MAGIA por cada uno de sus rincones. A pesar de todos los cambios que ha sufrido durante décadas. Y lo que le queda por regalarnos. Gracias Ibiza. Te llevo en el corazón.