Han pasado 50 años desde que los Beatles publicaran su álbum “Yellow Submarine”. Y siguen en lo más alto de las listas radiofónicas, aún revientan pistas de baile y muchos grupos nóveles continúan bebiendo de ellos en sus influencias musicales. La banda más reconocida y más exitosa de la historia de la música. En tan sólo una década crearon más de 16 álbumes que forman parte ya de la cultura popular. No tan sólo han dejado huella en la música, sino que también marcaron el estilo de una época, de manera que los Beatles definieron una década. La década de los 60. Por cierto,ya sabéis, una de mis favoritas. Por su estética, música y cultura. Lo podéis ver aquí.
Pues bien, el pasado sábado asistimos a un tributo a los Beatles de la mano de los “Mersey Beatles”, una banda de Liverpool que parecían los mismísimos Beatles, una reencarnación de Mccartney, Lennon, George y Ringo . A decir verdad, soy algo reacia a asistir a tributos de bandas que ya no están en activo y más cuando ya han fallecido la mitad de sus miembros. Porque pienso que nadie puede siquiera a atreverse a imitar a personajes de la talla de ellos o Michael Jackson por ejemplo. Y porque una banda así no contempla imitaciones. Sin embargo, ésta vez me confundí, porque fue una experiencia de lo más emocionante. En primer lugar porque ésta banda ha sido elegida durante una década como la banda local del legendario Cavern Club, ya sabéis, el mítico club dónde dieron sus primeros bolos los Beatles, y han sido reconocidos por la mismísima hermana de Lennon ,Julia Baird, como la banda tributo más auténtica que ha existido nunca. Y en segundo lugar, porque la actuación tuvo lugar en el “Palau de la Música Catalana” Mi edificio favorito de toda la ciudad condal. Hay algo mágico en éste lugar, además de su arquitectura típica de la etapa del modernismo catalán. Está ubicado en mi barrio fetiche de Barcelona, el Borne. Os invito a que lo conozcáis, ya sea a través de sus visitas guiadas o simplemente asistiendo a un evento en ése teatro. La acústica es espectacular. Y además está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es una perla arquitectónica. Me vuelve loca.
Volviendo al show que nos ofreció ésta banda tributo a los de Liverpool, me encantó el hilo conductor de su actuación. En la primera sesión, sí, fue un concierto con mitad parte incluida. Nos ofrecieron a los Beatles más ye yés, a los de “Love Me Do”,» Twist and Shout”, y en la segunda parte del concierto, nos regalaron la cara más psicodélica. Con temas más duros acústicamente hablando como “Come Togheter”, o «Lucy In the sky with Diamonds». Los atuendos se iban transformando a medida que pasaba el bolo, apareciendo en la primera parte con los trajes negros mods característicos de los jóvenes Beatles y después con sus trajes pintorescos que llevaron en la portada del Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Una de las portadas más enigmáticas de toda la historia musical. Aún a día de hoy, sigue siendo un misterio.
Se trata de un collage con 57 fotografías y 9 figuras de cera de personas famosas admiradas por la banda (como Bob Dylan, Lewis Carroll, Edgar Allan Poe o Marilyn Monroe, entre otros)Todos ellos forman esta obra del los artistas pop Peter Blake y Jann Haworth, quienes se inspiraron en un dibujo de tinta hecho por Paul McCartney. Por cierto, el vestuario que lucen The Beatles fue creación del diseñador mexicano Manuel Cuevas.
Si he de quedarme con algún momento del evento fue con uno de los últimos minutos, en el que nos deleitaran como última canción con un Let it be cantada a pulmón abierto por la banda y por todo el público asistente.