Creo fervientemente en las casualidades y en el destino, me refiero a ese tipo de momentos que intervienen en tu camino, momentos que alguien o algo han creado para ti, única y exclusivamente. Momentos y casualidades que alguien, llamarlo universo, llamarlo divinidad, karma, como cada uno lo interprete, han interpuesto en tu camino para hacerlo más llevadero, agradable y mágico.
Me explico, la semana pasada ya sabéis que asistí por segunda vez al concierto de la gira “Necesitarnos tanto” de Viva Suecia en Valencia y como el lugar elegido esta vez fue esta maravillosa ciudad, y el bolo era por la noche, decidimos aprovechar el día por este enclave espectacular y con tanto “charme” como dirían los franceses. Pues bien, nada más llegar al centro de la ciudad, nos topamos con unas bellas melodías, las seguimos como si fuera el mismísimo Flautista de Hamelín, nos acercamos y era el músico Toni Tormento (De su nombre y de la banda de la que forma parte, Chungking Express Band, nos enteramos después charlando brevemente con él) Estaba interpretando una versión de “Tulsa” y cuando me vió con la tote bag de Los Planetas nos dedicó “Un buen día”. Un día que no podía haber empezado mejor. Justo a este tipo de casualidades me refiero.
¿Es casual que justo en ese mismo momento, a esa hora de un 30 de Julio caluroso y desértico, los astros se alienaran para nosotros creando ese momento mágico, íntimo y tremendamente inspirador? Alomejor he visto muchas películas de corte naïf y la Nouvelle Vague o Amelie me han afectado directamente, pero yo creo que si. Y son precisamente este tipo de casualidades las que hacen que la vida sea bella y merezca la pena vivirla con ilusión y determinación. Y lo son más en estos momentos de incertidumbre que estamos viviendo. Son momentos que te reconfortan, que te tocan la fibra emocional que todos y todas llevamos dentro. La felicidad de los sencillos momentos de la vida, la plenitud que esas casualidades te generan, no lo cambio ni por todo el oro del mundo.
Quiero seguir pensando que estamos hechos de casualidades bonitas. Y si no es el destino el que juega un papel crucial en mi camino, quiero seguir creyendo que las casualidades si existen. Dejarme vivir con esa ilusión. Esa ilusión propia de los niños, esa que no deberíamos perder de adultos. Esa que deberían enseñar en las escuelas. ¿Por qué no nos enseñan a ser felices, en lugar de a competir entre nosotros? Nunca he entendido la competición, quizás es por eso estoy aquí escribiendo en este humilde blog y no en un medio de comunicación que es lo que me hubiera gustado, pero me considero una persona feliz. ¿Acaso eso no es un logro? Se premia el éxito, los trofeos, los títulos, pero nadie valora la felicidad. Esa que todos buscamos y así se pasa la vida. Buscando siempre algo más. Cuando a veces conseguir ese algo más no implica más felicidad y sosiego en el alma. “Sólo cuando tengas todo y no te haga feliz, sólo entonces voy a estar ahí”. «En lo sucesivo advierto, no habrá blancos tan perfectos,hasta aquí ya ha sido un gran placer» . Las canciones de Viva Suecia se van repitiendo como un mantra a lo largo de mis días. Un mantra en forma de melodías y letras que curan cuerpo y alma. Por eso volví a repetir el concierto que semanas antes había visto ya en Barcelona tal como os conté. Pero hoy el protagonista del artículo es Toni Tormento. También quiero salir en defensa de las redes sociales, que muchas veces están mal tratadas y mal interpretadas y es normal a juzgar por el nivel de ansiedad que están creando sobre todo en teenagers, usuarios enganchados y pegados a un celular. Si se consumen de una manera orgánica, son una maravilla, primero porque te conectan con tus personas favoritas pero en segundo lugar y no por ello menos importante ,te conectan con otras personas desconocidas, como fue este caso. Y otros tantos que el universo me ha regalado. Siempre digo y doy gracias por la suerte que tengo de contar con los buenos amigos que tengo a mi alrededor, muchos de ellos me acompañan desde los dos años. Pero también es increíble la de personas bonitas que se han cruzado en el camino gracias a la música y a las redes sociales.
Le pregunté al músico si podía grabarle, a lo que él asintió mientras interpretaba la canción de Los Planetas y cuando acabó le pregunté si tenía redes sociales para poderle seguir su trabajo y compartir este bello momento. Que se había convertido en una de esas casualidades bonitas que hacen que un día normal se convierta en un buen día. No fui la única que pregunté acerca de ello. Otras chicas que escuchaban su actuación, hicieron lo mismo, se habían quedado hipnotizadas escuchando la versión que minutos antes había interpretado de la cantante TULSA. E imagino compartieron también ese momento en sus redes.
Gracias Toni por esta casualidad que guardaré siempre y que asociaré a Valencia. Suerte y fuerza. Y que la música nunca deje de sonar. Pase lo que pase.
¡Que bonito! Creo firmemente en estas conexiones, señales, o como se quieran llamar, son maravillosas, son las que nos hacen felices, esa felicidad que se ve en niños/as y que se va perdiendo. Poder sentirla es maravilloso y si es con música mejor.
Muchas gracias Yasmina por leer y por tus palabras, besitos y que nunca deje de sonar la música.